Escucha Dios:
yo nunca hablé contigo, hoy quiero saludarte,
¿Cómo estás?. Sabes, me decían que no existías y
yo tonto, creí que era verdad...
Anoche vi tu cielo, oculto en un hoyo de granada.
Quién iría a creer que para verte bastaba con ten-
derse uno de espaldas. No sé si aún querrás darme
la mano, al menos creo que me entiendes.
Es raro que no te haya encontrado antes, sino en un
infierno como éste. Pues bien...ya todo te lo he dicho.
La ofensiva nos espera muy pronto. Dios no tengo
miedo, desde que descubrí que estabas cerca.
La señal Dios, ya debo irme. Olvidaba decirte que
te quiero. El choque será horrible, es esta noche.
Quien sabe...tal vez llame a tu cielo. Comprendo
que no he sido amigo tuyo, pero, ¿me esperarás si
hasta ti llego?. Cómo, mira Dios, estoy llorando.
Tarde te descubrí, cuanto lo siento. Dispensa debo
irme, buena suerte.(Que raro sin temor voy a
la muerte).
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ENCONTRADO EN UNA GUERRERA DE UN SOLDADO
NORTEAMERICANO MUERTO EN LA GUERRA DE COREA