Tan bella, tan serena, con gracia de sultana,
me da con sus caricias remedio a mi desvelo,
y en tardes muy tranquilas, y bajo el sacro cielo
me ofrece sus aromas; fragantes, de genciana.
Sus ojos que poseen la chispa mas pagana,
me cubren de ternura, me llenan de consuelo,
su piel sedosa y fresca, parece lindo velo
que trae dulce esencia , de la Venus romana.
Su elíptica figura, deseos me despierta,
mas ella con su beso,candente y muy tenaz
me calma los anhelos, abriendo la compuerta
de antojos encendidos, con flama tan voraz,
que arrastran al delirio, donde pasión concierta
su orgasmo y mi lascivia de forma muy procaz.
Autor: Aníbal Rodríguez.