Amo el dolor de tu despedida
y la tristeza que exprime mi corazón despedazado.
Amo tus manos que las siento aun, como las hiedras enredaderas
que me envuelven tibias sobre esta angustia fría y obsesionada
Amo el espacio que recibe tus pasos,
al viento que baila tristemente con tu adiós, fuera de mi ventana
¡Amor que se va al otro lado del mar, arrancada a otro jardín,
y se deja caer mi alma en oscuras congojas!
Amo mi hondo sueño que te trae a mi lado lleno de canto,
al viento viajero que me trae tus besos de fuego.
Amo sufrir esta noche que no te tengo,
amo la sombra inmensa que me lía y lleva al negro naufragio.
¡Amor que fraguaste en mi piel tantas veces la luz del mediodía!
¡Amor que estrellaste la noche en mi cuerpo, tantas veces, de alegría!
Amo perder el sentido y saber que no existe el olvido,
Amo tu voz que persiste como un eco que golpea y acaricia mi alma
Amo la sal que me dejó tu vientre
Amo a tu rebelde y denso perfume desplegado en esta hora de espinas
Amo estar solo en mi sosiego de muerte y desconsuelo
Amo a mi corazón impasible que tiembla en el silencio pétreo que me has dado
Amo esconderme detrás de una roca que convalece en silencio,
amo estar en silencio cuando en mis ojos la luz anochece.
¡Amor que me crispa la noche y delata mi astilla!
¡Amor que voló una tarde y dejó un vacío imposible en mi alma!