jorge enrique mantilla

Hace ya mucho tiempo

Hace ya mucho tiempo

 

Ya no sé, ni cuanto hace, que un día se marchó la mujer que quiero

Ya perdí el lucero que me indicaba desde el cielo su paradero

Ya ni sé, cuantos inviernos azotaron mi espíritu aventurero

Ya ni me acuerdo, si estoy libre o prisionero

 

Hace ya mucho tiempo, los tizones inundaron de cenizas el rostro del forastero

El olvido carcomió su alma sepulcral, sin llantos, ni señales de aquel aventurero

La hierba arropó el camino polvoriento por donde transitaba hace años el cochero

El rostro se cubrió de barba canosa y larga, apaciguando lágrimas de tristeza del barbero

 

Los jardines, hace años que se murieron y se cubrieron de maleza

Todo alrededor es lóbrego, se siente el llanto de su tristeza

Antes, todo era hermoso, se veía el esplendor de su grandeza

Ya ni me acuerdo, cuando se empezó asomar, el laberinto de la pobreza

 

Ya ni me acuerdo, como se llamaba la que un día fue la mujer de mis amores

Los años han pasado, el cuerpo se llenó de arrugas, enfermedades y dolores

El viento arrastró los perfúmenos y sus encantadores olores

Ya ni sé, si es de día o de noche o si amanece con rayos encantadores

 

Hace ya mucho tiempo, me volví vagabundo de caminos errante

Me siento débil, tembloroso y pálido de semblante

Como han cambiado, las alegrías y las risas emocionantes

A estar al borde del precipicio, del alma sufrida y agonizante

 

Ya ni me acuerdo, si una vez fui un profesional importante

Ya perdí el horizonte, de anhelos perdidos y arrogantes

El calor inunda mi cuerpo, la respiración se torna asfixiante

La luz se pierde a lo lejos del túnel, todo es amenazante

 

Hace ya mucho tiempo, que estoy agonizando y moribundo por la herida

La vida es hermosa de quereres y amores, no por todos comprendida

Añorar el abrazo de aquel fantasma, de pasión desaparecida

Estoy bajando al sepulcro, sin lápida, de letreros perseguida

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, octubre 11-2019