Me fui de la mano de tus versos
y traspasé esos parajes tan hermosos
de ensueños y dulce primavera...
Que caen sobre mi regazo
Como el tierno sol en las mañanas,
y discurren por todos lo poros de mi cuerpo.
Caminé de las manos de tus versos,
a los ardientes sueños de verano,
donde con un fuego arrollador,
bordaste tu sonrisa en mi memoria.
Me fui de las manos de tus versos
y contemplé los fríos vientos del otoño,
que rebozan mi corazón de gozo,
entre lluvias de hojarascas
que enuncian ya la entrada del invierno.
Caminé de las manos de tus versos
por los fríos parajes del invierno,
donde acunas mi alma con tu fuego,
en el cálido refugio de tus brazos,
con esperanza de tocar nuevamente
las verdes primaveras.
Así transcurre un nuevo año de estaciones,
y tus versos colgados cual pendones,
derramando tu dulzura por doquiera.