Hemos hecho a un lado
la bendita magia de la imaginación
Hemos consentido sin dudar
los cinco sentidos de la vanidad.
Hay en todos insolencia,
en algunos aún existe el amor,
en otros tantos el deseo
y en el resto, por desgracia,
habita la vil ignorancia.
Nos alejamos de la esencia
y adoptamos lo que muere
Ya no hay fuerza en la esperanza.
Nos condenamos a lo material
y aplastamos lo eterno
Vivimos una desesperada
ansiedad.