Alguna vez un alma que quedo encerrada en una cueva, que si misma había hecho con las rocas que recogía de todo lo malo que había vivido,
Se encontraba encerrada sin ver la luz, sin sentir la brisa.
Entendiendo y viendo solo lo que quería ver, sin escuchar ni ver más allá de lo que quería escuchar saber, y cuando por fin se rompió la cueva por el deterioro del tiempo vio una luz,
a la cual quedo segada por lo que no había visto en mucho tiempo, la luz dela verdad en sus recuerdos,
Esta alma sintió tanto dolor al quedar deslumbrada, que volvió a encerrarse, serrando sus ojos tan fuertemente, que no pudo volver a abrirlos.
Después de mucho tiempo el alma empezó a ver una luz
Pero esta no provenía de sus ojos ya que no podía ver con ellos,
Provenía de un lugar desconocido,
Y este resplandor salió con más intencidad hasta que por fin vio que provenia de su corazón, el cual empezó a latir fuertemente.
Después su corazón la levanto entre sus brazos y la Arrullo hasta que quedó dormida y se perdieron en el amor que emanaba el corazón con cada latido.
De pronto salió de la luz algo más brilloso que cualquier otro cosa antes.
Era el alma que regresaba sin su corazón que había dado su vida por que viera de nuevo la luz.
El corazón se encontraba de nuevo en su pecho latiendo otra vez, cuando la alma volvio a vivir
Esa luz es el amor, que emana de cada uno hacía cada parte de nosotros, cada célula cada átomo cada gramo de materia es un milagro. Un milagro de amor ya que nuestro corazón late para darnos la vida.