Mi cuento no espera , mas que las grietas oscuras de la noche desvelada.
Cogera el grito azul del lecho desierto
y segará lentamente mi tacita estancia.
Es sin duda el mas vulgar lamento de la constelacíón victoriosa,
y el mas ruidoso espanto de la cima taciturna.
Entonces habre yo porfin cambiado el espanto
en simples costumbres llanas
impavidas de gracia divina
que susurran placenteramente
los siniestros deseos........