Y RECOGÍ UN DESPOJO LLAMADO: CORAZÓN
Tan solo hojarasca de otoño,
agónico crepúsculo, sombra sepulcral...
¡Lágrima sin sal!
¡Ay! Tus ojeras ocultando su final
cavan su tumba donde muere cada día el sol...
Ya no eres poesía, ni tu beso y madrigal.
Tu pecho, ora bóveda maldita,
oculta tu mal grabado acento y tu desdén
y hablóme reprochando mi ingenua actitud:
\"Todo está mal, señor\"
Y sigo de tal manera pensando,
¡cómo anclar mi barca a fatal destino!
¿Cuál sería el final de dos cretinos
en la fatalidad de un alma y su destino?
Todo es ya compás de sinfonía inerte,
¡Ay! El envejecido faro de mis ojos reniega al verte
en su escaza luz, en sus párpados ausentes,
¡estas harpías de grises soledades
que nos hablan de algún desastre en el amor! ¡Nos matan!
¡Oh! ¡Si no me apuñalas
deja morir a esta inquietud!
Y me respondió, aún más, la desnuda
y espantosa voz:
\"Todo está mal, señor\"
Entonces comprendí
lo fatal de mi difamación
y oculté en el ataúd de mi conciencia
al cadáver de su fallido corazón.
En su frialdad pareciere
acusar a mi razón de faro inerte,
¡un error infinito
que por falsías no comprendí! Y que me reclama...:
\"Todo está mal, señor\'...
Profunda fue la noche
que tragó mis ilusiones...
Allá van tus pasos a otros lares,
¡quién sabe si esconder mi piedra
y en este recuerdo, argumento del dolor,
me aniquile en la desolación este juicio infernal!
\"Todo está mal, señor\'
Y sepulté, cabizbajo, un despojo llamado corazón...
\"Todo está mal, señor\"
Ahmed Krentel
Jueves, 10-10-2019
20:42 p.m.
D.R.