Sus ojos azules se asomaban brillantes entre las arrugas
y su piel curtida en las calles llevaba el sol de mil lugares
Se dirigió a mí, como un viejo conocido y a la vez alegre
con la alegría que sólo los perros y los niños expresan
qué feliz era su mundo! Era tan ligero que parecía flotar
por encima de la confusión de la plaza, de todos nosotros
Cómo parecía ignorar nuestras cadenas invitándonos
a seguir su estrella brillante. Era funambulista sin red
Quizás, de niño cruzó un río. Y las aguas crecieron tanto
que nunca más pudo volver. Y se quedó soñando en la orilla
donde hizo crecer árboles que no le dejaban ver la luz del sol
y cambió la ropa por plumas de ave y sus zapatos por sandalias
Vivió como el viento, mordiendo las calles en Palermo
Fue agua rica fluyendo en las bulliciosas fuentes de Roma
En Paris fué fuego hambriento de desvanes y azoteas
y se mezcló con la tierra entre las piras de Kathmandú
Y se dirigió sólo a mi, como si todos los transeúntes
pertenecieran a otra realidad paralela a la nuestra
como consciente pleno de que mis ojos ya cruzaron
aunque mis vestidos aún no hubieran sido rasgados