Dice el filósofo: “Qué tristeza oírse siempre uno así mismo”
A contrario sensu. Abogo por oírme, por verme, por saber que estoy aquí. Frente a frente. Cara a cara. De alma a corazón y viceversa.
Marcha tan rápido la vida, que parece arrastrarnos. No da tiempo a contemplaciones.
A veces se mira etérea, tierna y lúcida. Y otras, no tanto. Se escapa de las manos. Se pierde en futilidad. ¡Se evapora cual hoja al viento!
Esperanzas, deseos y trivialidades. ¡Panacea de nuestra existencia!
¡La eterna dicotomía: Un día más, indudablemente, un día menos!
Incapaz de contemplar, miramos sin tocar, el santuario de nuestra vida. ¡Cepa sagrada del alma humana!
!Y más allá del silencio
Yace el grito de nuestra existencia!
¡Dulce llamarada que exige
Que clama!
* Imagen tomada del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/22072019/Derechos de autor reservados.