Dulce canción el eco me devuelve
han sanado las profundas heridas en el alma,
recuerdos esparcidos a través del camino
dormido en los penachos de las palmas.
Garganta que ha quedado sin aliento
cantando a la ilusión a la esperanza,
primavera, verano tan vivido, lluvia sobre los campos,
rosas recién cortadas que alegran mí mañana.
La inmensidad ante los ojos ansiado porvenir
llanuras de esmeralda y sol; así sencillo
enamorada de la vida
de aromas exquisitos del cielo del camino.
Atravesando el tiempo con la felicidad
como abrigo incrustado en la piel, aun en la adversidad,
rozando siempre el ideal del mundo; el que yo amo
lleno de esperanza de belleza, sin prisa saboreando los sueños.
Disfrutando de las pequeña y grandes cosas que la vida me da
y no es ceguera no es negar un lugar a las sombras
es admirar los matices que de la mano van,
la emotiva llegada y dejando marchar.
Es elegir mirar, besar la gracia de querer, el regalo que es respirar,
abrir los ojos cada día, ser, estar, más que existir, vivir,
luchar, crear y compartir, conservar lo valioso, aprender cada lección,
es perdonarse y perdonar, es avanzar sin rencor, camino a la verdad.