La escarcha se acumula breve
en los campos sin consuelo,
y un ruiseñor de cal
en su desnudez circunda...
la rosa tatuada,
mas ante la espera
desnutrida...
de un invierno sin caricia,
extrañas azucenas...
se ausentan muy despacio,
en la deshora
amortiguada...
por lo absurdo de su arista.