Caminamos por el sendero de la vida
solamente mi ilusión de tu mano prendida,
extasiada mirabas el verdor de la naturaleza
mientras tu mirada seguía con singular belleza.
Luego ya en el cauce cristalino del rio
tus pies pequeños jugueteaban con los peces
sumergidos en el agua innumerables veces
convertiste ese instante en algo tan mío.
Descansa en mis brazos te pedí tranquilamente,
y; recostaste tu rostro muy dulcemente
en mi pecho calmo y temeroso
mientas mi corazón latía presuroso.
¡Hay ¡ qué momentos eternos me brindaste
que paz en tu grácil cuerpo descargaste,
que tibieza se refleja en tu alma
en cada gota de agua del caudal en calma.
Y esos pies pequeños y adorables
que en el agua cristalina sumergidos
cada instante convierten en perdurables
nuestros minutos en eternos convertidos.
Por fin siento cada instante
tu rostro altivo junto al mío
me basta con cerrar mis ojos
para sentir de nuevo cuanto ansío;
Y en un mágico beso renacer
este corazón que por ti se yergue desde sus despojos.