Sé de alguien en cuyos sueños habitas
y que hasta su insomnio lleva tu nombre
siempre anhela que con tu voz derritas
esa distancia que de sus ojos te esconde
No hay límites en los días para pensarte
con el viento siempre te envía caricias
es delirante su gran deseo de tocarte
y espera impaciente de ti alguna noticia
Se pasea malsufrido en su conciencia
no sabe si la razón aún la conserva
eres en su vida el norte que orienta
y en las noches solo tu rostro observa
Lo veo siempre de frente al espejo
preocupado y desviviéndose por ti
pues que le abras tu pecho espero
digamos entonces que te hablo de mí
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