Cuando anoche te escribía
sabía que iba a quererte,
hoy después de ese momento,
solo pienso en no perderte.
Pensando en ti día y noche
voy a advertir tu presencia,
pues al sentirte conmigo
lograré evitar tu ausencia.
Procuraré enamorarte
con el arte de los versos,
rodearte de cariño,
e inundarte con mis besos.
Bajo la luz de la luna
te tomaré de la mano,
procurándote el amor
que otros besos no te han dado.
Ayer te quise a las diez,
hoy son las cuatro y te quiero,
mañana al llegar las seis,
sabré si de amor me muero.
J. Piñeiro