Como si fueran restos
y deshechos flotantes,
los recuerdos mejor olvidados,
lanzados contra la costa,
en la playa de mi mente,
quedándose abandonados
hasta de nuevo secuestrados
por las olas de una marea alta,
arastrándolos dentro de un mar
de años pasados, siendo
enterrados en su profundidad,
desamparados a merced
de los vientos del antaño