(I)
ROSA TATUADA...
Llegó la rosa...
tatuada en sus amores,
entre labios deshojados
de tristeza,
campanillas...
deslucidas de belleza,
frente al beso...
desnudado de su trazo,
y entre idilios...
desasidos de ternura,
se desgasta la gardenia
de su abrazo.
(II)
EL VIENTO, EN SU DESDICHA...
El viento de occidente anuda inmisericorde la tarde a su delirio.
Como gasas etéreas... las nubes de gas y espino, adornan las sombras
huecas, de un invierno sosegado. La nada se advierte, homérica y falaz,
frente a la alameda desnudada de su espanto. Donde lánguidas antorchas
sin crepúsculo, adornan su hora, de impávidos lamentos.
Los lirios y las falsas revoluciones se dan la mano...
en la palma desasida de los muertos.