alicia perez hernandez

Amándonos entre recuerdos y olvidos...

Amándonos entre recuerdos y olvidos...

 

Cuando ya no te ame

...Y nada de tú vida me importe

me iré por la calle del olvido

esa calle que tú cruzaste primero

y en tu olvido nada de mi recuerdas.

Mientras yo de ti recuerdo todo

...cada segundo que fuiste parte de mi vida,

cada momento que hablamos está tatuado

en mi vida con remaches de amor

Y cada canción que me regalaste y cada poema

que me diste haya estado escrito para mí o no,

eso no importa, era tu voz susurrándome cada letra,

cada verso, cada poesía qué mi vida marcó

y hoy está conmigo y me pertenece sin tú quererlo.

Tú libro de poesías como una Biblia siempre junto a mí

para soñarte perdido en mi piel y en mi regazo

amamantando con mis pechos tú sequía

y dejándote beber la dulce miel de tu ambrosía

 de mis senos saciándote tu hambre

y sentirte en la piel de mi respiro llamándote

como el hombre con el que amanezco en mis desvaríos,

las tantas noches que en mis sueños te he tenido

enredado en el candor de mi erotismo

plasmando tus besos en mi cuerpo,

y yo diciéndote qué eres lo único que quiero.

Si morir debo mañana, diré que valió la pena vivir

amándote y sintiendo en cada espacio de mi cuerpo

soñándote en mis madrugadas frías enredado

como el amante poeta qué mi vida arropa

con su poesía en el erotismo infiel de tu mirada

y con los besos adulterados de tu alma infiel,

y con tu mirada desnudándome las tantas noches

que a solas te pensé mío, mío de mí, solo mío,

agotando las letras del abecedario con atrevimiento

para palpar cada centímetro de mi cuerpo atado,

a tus ganas de poseernos en cada rincón del pensamiento.

Tan mío y tan tuya, en un poema que no se ha escrito

en una vida que no se ha vivido y solo es un sueño

qué los dos hemos tenido con todo el placer y la pasión

de dos que se aman a escondidas solo con pensarse

amándonos entre recuerdos y olvidos...

   No olvides acordarte de mí ¡Amor! Mientras te olvido.

 

Alicia Pérez Hernández... México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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