Cuando el corazón sangra, las letras discurren por el papel.
Cuando el alma sufre, las lágrimas se deslizan por los ojos.
El espíritu se desangra, en las espinas de los abrojos.
Todo mi ser se flagela, gime y sufre por tu desdén cruel.
Tu menosprecio es tan amargo y tan áspero como la Hiel.
Aquí me tienes abrumado, rogando postrado de hinojos.
He saciado hasta el límite, a más no poder, todos tus antojos.
Mi amor que te he entregado, ha sido más exquisito que la miel.
Los hombres si lloran y gimen, cuando les sangra el corazón.
Aun cuando nuestra relación ha sido insoportable, Compleja.
Dejar de amarte, quererte, sería toda una pretensión.
Te di todo, sin embargo, tu corazón de piedra se aleja.
¡Sí!, Con el corazón bañado en lágrimas te otorgo el Perdón.
¡Ve! que mis lágrimas te acompañen y que mi amor te proteja.