VITRALES DEL ALMA

Y EN MI CORAZÓN

 

 

 

 

El canto de tus versos se esparce.



Soberbios en mi sangre fluyen
En la inocencia de mi fe perdida



Rescatando cenizas
De recuerdos vencidos



Abriendo caminos
En ilusiones fallidas





Y en mi corazón yaces. Desde hace lunas, desde siempre. Desde el momento aquel, cuando la furia de tus letras, difumino dentro de mi, tu amor. Ni la distancia,  que a pasos agigantados anhela enterrar de un tajo, en lo profundo del mausoleo, tus caricias y recuerdos. Ni la indiferencia, que igual lastima, en el socavón de la existencia, podrán herirlo. Permanece incólume, más allá, de la cúspide de la flor de jade.



No obstante,  el silencio cuya melodía en lugar de aliviar, taladra. ¡Vivifica, florece!



Mírame de frente y dile a éste corazón, que el tuyo diluyó, la última gota de amor que por mi sintió.



¡Anda! Sé valiente y desmiente lo que mi alma siente. Dí, que las ansias infinitas de amarnos y poseernos, fueron aura evaporada de un mundo inexistente. Rasga de una buena vez tus vestiduras, contrariando mi sentir, tu sentir.



¡Oh, sublime canto de amor y luz
que por ti en mi corazón florece!



¡Oh, noche blanca, cielo estrellado
No me obliguen a mencionar su nombre!




* Imagen del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/03072019/Derechos de autor reservados.  web del autor