Ya los ojos tristes,
vive por vivir.
Recuerda, de muy lejos,
miradas francas, risas estrepitosas,
exactas fragancias, hilanderas vacías,
sin porvenir.
No necesita aspavientos, gestos
perdones u obligados cometidos.
Prefiere vivir por vivir.
Ya que partió, la dulce llama
de sus iris, no hay nada que hacer
o decir.
Arrollador es el progreso
que no lo necesita-.
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