Algo más me queda de ti.
Me queda ese saludo laureado
de fértiles abrazos enmarañados,
inundado de besos desgarrados del surtido,
amarrado por dedos liberados de ansia,
danzando las agitadas piernas reflejadas
sobre el pisoteado monstruo de ausencias.
Algo más me queda de ti.
Me queda este enfangado invocar
del perverso deseo invencible,
la huella sangrante de la caricia arrebatada,
el acerbo regusto del beso retirado,
el despiadado camino de la marcha,
el carcelero que libera este empeño por verte.