Rafael Escobar

¡MAGNÍFICA NATURA!

 

Que preciosas que lucen las cañadas

revestidas con mantos de rocío;

y escuchando románticas tonadas

de zagalas que nadan en el río.

 

Majestuosas se miran las bandadas

de gaviotas que cruzan el vacío,

de las grandes estepas azuladas

del espacio, y su hermoso señorío.

 

Con glorioso fulgor se colorea

el divino esplendor de los cafetos;

que ya visten sus blancos azahares.

 

Y el canario romántico gorjea

en los copos de cedros y de abetos;

ofreciendo a los campos sus trinares.

 

II

 

Por doquiera se observa la belleza

que la Madre Chak Chel siempre regala;

lo demuestra con gran delicadeza

en la rosa, el clavel, y blanca cala.

 

Con la hermosa, y serena fortaleza,

de la cual los leones hacen gala,

nos dibuja del bosque su grandeza

pues suspiros de vida siempre exhala.

 

Los caudales que manan de sus fuentes

cuyas aguas fecundan el arado,

son la savia de clara transparencia

 

ofreciendo en sus gotas refulgentes,

ese néctar que viene destinado

para darnos el don de la existencia.

 

III

 

En un cielo tallado de diamantes

brilla un sol con celajes de oro y grana;

que ilumina con rayos fulgurantes

del trigal su esplendor de filigrana.

 

Los quetzales que son tan cautivantes

orgullosos adornan la mañana;

y sus vuelos de libres trashumantes,

nos demuestran su estirpe soberana.

 

Es por eso que cada que atardece

y contemplo horizonte sosegado;

sus estelas me llenan de ternura,

 

y en mis venas yo siento que se crece

ese amor portentoso, y regalado

por la gracia solemne de Natura.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.C