Él escribió sobre mi.
Estoy segura que también me nombró,
puedo imaginar su cara cuando me nombra todavía.
Me Recordó cada detalle del encuentro en un escrito, mérito de caballero, pero los caballeros andantes se han visto extintos despues de don Quijote,
y no se si antes mirá lo que te digo.
Pero éste era de esos, y la sorpresa de encontrar en sus brazos la detención del tiempo
me dejó pensar que quien obita en vida es porque quiere.
Trato de evadir y desaparecer de los rincones memoriosos su mirada perdida en éste mar de furia y caos que soy,
Soy hecatombe, y vuelvo a ser caos además de amor desmedido y desinteresado, (soy franca y bastante pragmática alguien tiene que decirlo)
no importa no quiero hablar de mi ahora,
El protagonismo es suyo por meritocracia y porque si.
Pocas personas me dejan sentirme una niña y una mujer al mismo tiempo, éste era uno de esos, y como por naturaleza o mecanismo de defensa me escapaba una vez más de lo que resultaba que me hacía florecer, yo dije una vez que somos flores, bueno, me comparo con el loto, y el barro viene a ser la distancia que tomo,
tengo la mala costumbre de hacer sacrificios por el equipo, a veces con los que puedo hablar largo y tendido con los que realmente puedo ser, los dejo ir, porque me resulta egoísta no hacerlo.
No me considero merecedora de semejante premio.
Conozco la sagacidad de mi memoria y sé que cuando quiere es mandinga.
Hay ocasiones en las que él se instala en mis sueños, y me Lee prosa, hasta en el sueño creo amarlo
Pude percibir sus nervios en su cuerpo trémulo y sé lo que es un negativo por más millenial que sea, él me estaba fotografiando con una mirada que yo pienso conocer. (él debe conservar el negativo en algún lado)
Igual No creo que esas imágenes se revelen nunca
Cómo tampoco creo que caduque esa sensación al volver a verme...