Andela

Existir

 Conjuramos a los necios cada noche, 

 para que con sus sucios vocablos,

 pueblen nuestra cabeza de ruidos

 y así podamos continuar,

 tranquilos,

obviando lo intrascendente de nuestra insípida existencia.

 

Y aquí me hallo yo,

siendo en acto y en presencia necia,

dando parte de que no hace falta una gran rima,

un exquisito verso,

o una delicada prosa

para herir con la pluma.

 

En lo más hondo,

en lo más claro

y en lo más cierto.