Rosa que surge
de la bruma altiva...
y lleva en su delirio lo inefable,
que duerme...
entre cristales de aguanieve
y vence en su mirada a sus pudores,
nada hay
que el olvido espante...
porque de sus caderas
rezuma triste la belleza,
desnudeces...
deshojadas de cariño,
en el lago descuidado
de su talle.