Pido la luz del diluvio
frente a la muerte prestada
de los iniciados
en el jardín de los sacrificios
fluyen los ojos de la ciega lluvia
agua asustada por el dolor
gotas llenas de identidades
que usurparon mi desarraigo
anatomía de una vela
que consuma
el oscuro coro de elegidos
con su felicidad perversa
en cada regreso a la vida