No soy tan egoísta como para obligarte a que te quedes a mi lado.
Si no te fue suficiente la huella de mis besos que dejé en cada parte de tu cuerpo,
si la ternura de mis brazos no logró hacerte libre,
si las palabras que te hablé al oído no te explicaron cuanto te amo,
si el calor de mi cuerpo no supo quitarte el frío de tu alma,
si el gemir de mi sangre no te hizo soñar ni volar…
Entonces, todo es cuestión de que el tiempo se encargue de borrar mi recuerdo,
de que te salgan alas para vueles en busca de tu felicidad,
de que la luz del verdadero amor te haga sentir ilusionada.
Solo te pido que no me recuerdes, pero que nunca me olvides.