Huyendo como proscrito,
Harapiento y espesa barba,
Está desconsolado un hombre
Hay un dolor que le embarga.
Se alejó de un gran amor,
Que por años anhelaba,
Se fue para nunca volver
De la mujer que más amaba.
Todo se desvaneció repentino,
Su llanto es quien clama,
Es la hégira de Pigmalión,
Su historia jamás contada,
Ha recorrido caminos,
Su espíritu no descansa,
Se sienta sobre una roca,
A contemplar su desgracia,
Pigmalión mira al cielo
Entona algunas palabras,
A los Dioses del Olimpo,
Escuchen su humilde plegaria.
¡Oh Hades! Padre del Inframundo,
Inclino ante ti mi mirada,
Arráncame este dolor,
Toma mi desdichada alma,
Deten mi corazón,
Sus latidos y su marcha,
Si tengo que buscar al barquero,
Cruzar el Estigia, pagarle miles de dracmas
Prefiero sucumbir en silencio
Que vivir sin esperanzas.
Extracto La Hégira de Pigmalión
Alexander Perdomo
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