¿Qué me importa de la luz,
De la honesta redención,
De la fuerza del amor
Que me ofreces siempre Tú?
Cambiar rojo, por azul;
Dejar luna, por el sol;
Transmutar plomo feroz
Por la dorada virtud;
No sufrir por fanatismo,
Ni la gula de tener;
Acabar con tanto mío
Entregarse a flor piel;
Convertirnos en suspiros
Irradiando siempre fe…