La luz sigue en su sitio
La divina luz sigue siempre en su sitio divino
Somos nosotros quien nos alejamos de ella
Y caemos en infinidades de miserias mundanas
Y nos tropezamos y nos pegamos diariamente la cabeza
Y seguimos en la oscuridad que es falta de la luz inmensa
Y no valoramos su divina esencia que nos la trasmite a diario
Es como entrar en un cuarto obscuro, lo único que conseguimos es tropezarnos
En cambio si entramos en un cuarto lleno de luz vemos todo muy claro y sabemos como caminar
La codicia nos siega y nos deja miserables
El ego nos aturde y nos refleja solo la visión externa ilusoria
La lujuria nos hunde en un precipicio sin escrúpulos que no tiene final
La ira nos calienta la sangre y llegamos a un límite, a matar
El apego nos deja como almacenadores de basura
Eso todo nos pasa porque no valoramos su luz divina
Ni la entendemos aunque leamos todos los libros sagrados
Porque solo con leer no llegaremos a nuestro destino
Primero leamos y luego llevemos eso a la práctica
Teoría sin práctica no es satisfactoria
En cambio práctica sin teoría da sus frutos
Practiquemos la devoción solo así sabremos su valor.
Junto a esto contare una historia que conto mi divino maestro Había una vez un rey que fue a cazar al bosque y se perdió Estaba muy sediento y pensó: “Si no consigo agua, puede que muera “Había un leñador que vivía en el bosque y hacia carbón para vender en el mercado. Por casualidad encontró al rey y le dio agua y así le salvo la vida El rey quedo muy complacido y agradecido con el y pensó: “esta persona ha salvado mi vida y debo darle algo que sea de mucho valor”. Así que le dijo: “bien amigo mío, yo soy el rey y cuando necesites alguna cosa ven a mi corte y yo te la daré”.
Después de algunos días el leñador fue a la corte y el rey le pregunto que deseaba. El leñador le dijo que era muy pobre y el rey quedo complacido, pues le podía ayudar y le dio un pequeño bosque de sándalo no muy lejos de la ciudad. El rey pensó que el podía vender el sándalo y obtener mucho dinero, porque el sándalo es de mucho valor. Pero el leñador no quedo satisfecho, porque esperaba que el rey le daría mucho dinero y cosas preciosas y no aprecio los arboles de sándalo, pues no tenia idea de su valor. Aun así pensó: “Bien, ahora será mejor para mi porque no tendré que ir a cortar leña lejos en el bosque; la puedo cortar aquí mismo y hare el carbón para venderlo en la ciudad”. Así que desconociendo el valor de los arboles de sándalo, los convirtió todos en carbón y se gano su sustento vendiéndolos en la ciudad.
Después de algunos días el rey pasaba por el bosquecito de sándalos y pensó: tal vez ahora después de cortar todos estos arboles, mi amigo, quien salvo mi preciosa vida, habrá hecho una gran cantidad de dinero y estará viviendo muy confortablemente. Pero cuando vio al leñador, se dio cuenta que vivía en la misma condición, con las mismas ropas rasgadas, la misma hacha en sus manos y asombrado le pregunto que había hecho con todos los arboles. Cuando el leñador le informo, el rey le pregunto si le había sobrado algo de sándalo y aquel le dijo que si, que tenia un trozo que usaba para mover la madera. El rey le dijo que llevara ese pedazo al mercado y lo vendiera. Cuando así lo hizo quedo muy sorprendido de que por ese pedazo le dieran cientos de rupias y entonces se dio cuenta de lo que había hecho.
El mundo es el bosque
El rey es Dios
Desperdiciamos todo este nacimiento humano
Haciendo de nuestra vivencia, carbón
Malbaratando nuestras respiraciones en.
El ego, la ira, la lujuria, la codicia, y el apego
Con mi amor Linda
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