No puedo describir adecuadamente, como realmente es una mujer y su importancia ante la sociedad. No se me ocurren cuándo todas las palabras solemnes se las debo únicamente a mi Sra. Madre.
Doña Silvia Alegría, originaria del Palmarcito en Pijijiapan Chiapas, tenía una costumbre, cuando aún éramos niños, todas las mañanas sin que uno solo de mis hermanos faltara nos reunía alrededor de la mesa para tomar el café, el chocolate o el vaso de leche recién ordenada, con las clásicas galletas ovaladas.
Dijera mi tío Abel… A boca jarra puedo decir que mi madre era una dama extraordinaria, la mejor mujer que he conocido y que estoy seguro no habrá otra. Las madres son piadosas, son el instrumento de Dios para la salvación de sus hijos. Tengo por seguro que en mi niñez, ningún otra enseñanza impresionó más mi vida como las palabras de mi madre.
Nadie tiene mayor influencia en el corazón de sus hijos como una madre. Creo que nunca pudiéramos estimar adecuadamente el valor de una madre piadosa y su influencia en nuestras vidas y ve que de ellas salimos hombres y mujeres, osea todas las vidas.
Pero… Qué tal las feminazis?.
Esta controversial palabra que fue utilizada y publicada por Rush Limbaugh en el 1992, nunca se imaginó el alcance destructivo que tendría tal frase, fue cuestionado en su momento, por lo que, posterior y en rueda de prensa aclaro que la palabra la tomó de un amigo economista suyo, quien con frecuencia asociaba al feminismo radical con el Holocausto, pues según su pensamiento si los nazis tenían entre sus objetivos la exterminación de judíos para lograr la hegemonía mundial, las feministas más fanáticas, tienen como objetivo el extérminio de los hombres como única forma de recuperar la paz.
Quise recalcar la importancia de ellas desde el inicio porque puede que algunos(as) me acribillen. Pero mi pluma parecer pensar por si sola, así que voy…
Mi cuestionamientos no va en contra de ellas, va en contra de su radical forma de pensar en pleno siglo XXI, con esto no justificó el comportamiento del hombre o ese trato déspota y machista que un muy reducido sector práctica en contra de las féminas, no así cuando este se aplica a las radicalistas, porque lo único que se ha hecho es tratar de apaciguar su estulto comportamiento descargando su rabia ciega a diestra y siniestra.
Este segundo grupo alude generalmente la expresión \"feminazi\". Pero ésta categoría es un tanto más compleja de lo que a veces percibimos.
Su estereotipo es su fuerza y debilidad a la vez. A menudo, la vemos encabezando marchas y concentraciones, en tomas de colegios o universidades, agitando la bandera LGTBQ, vociferando a través de un megáfono en contra del aparato reproductor masculino, retorciendo el vocabulario con las letras x y e, descargando su ira en los espacios públicos, insinuando que el patriarcado se termina matando a tu novio o a tu padre, teatralizando abortos, intentando derribar los cánones de la belleza resistiéndose a la maquinita de afeitar, con el torso desnudo y con una sonrisa que ella considera soberbia. Y podríamos seguir, pero lo nombrado retrata bien lo que describo y ustedes seguramente ya deben tener en mente alguna imagen.
Para no quedarnos con lo superfluo, como ya lo dije, nuestras feminazis encubren algo más. Porque entre tanta denuncia y furia contra el héteropatriarcado y el macho opresor, cuando pegan, corren a esconderse detrás de una vieja amiga suya, porque para todas ellas el enemigo a vencer, somos los hombres.
A todo esto.
¿Quién puede afirmar la causa de tales orientaciones y desorientaciones?
¿Quién puede señalar al o los culpables de tanta discordia entre mujer y hombre o viceversa?
¿Quién puede asegurar que, desde el inicio fuimos creados sólo hombre y mujer sin limitarse a opinar basados sólo en el libro sagrado?
Porque; ni 33 años que fueron los que el hijo vivió caben en un libro.
Ante todo…
* Yo sigo creyendo que nuestro creador tiene todo calculado, nada se le olvida, nadie se le escapa, pues todo está escrito inclusive Mi destino.
* Sigo creyendo en que, ese creador no ha perdido la esperanza en ellas, pues a pesar de todo, las frecuenta para seguir dando vida.
* Sigue confiando en ellas como lo hizo en aquel día, cuando fue capaz de confiarle aya en Jerusalén, el cuidado y la vida de su propio hijo.
Sigo creyendo y seguiré creyendo en Ellas y en El. La relación perfecta.
Osiel Montes.