Ben-.

Poeta-.

Cuánta tristeza no habrán

digerido tus labios,

tus ojos profundos, tus

marcados pómulos, al pensar,

y ser pensamiento tú, y todo lo

tuyo, entre estos hortelanos

picapedreros, y contrabandistas

de tres al cuarto, que, a todo aspiran,

o se quedaban cortos.

Y cuánta alegría no habrás sentido

al decirles, sencillamente, adiós

con la mano.

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