Alma encadenada
Por corrientes turbulentas
un alma divaga tribulada,
dueña de su locura
reclama libertad, pasión... una daga;
por los mares de la preocupación
cruzando va sedienta;
a su ingrata desolación, solo ella
le hace afrenta; una vida infectada
por la traición la envenena,
y la sangre
que irrita sus venas le produce
un abismo de soledad;
en su desesperación infinita
a su desgracia, desafiar desea;
siendo juez y parte la venganza
que a su razón mutila.
Son los dueños de la ignorancia
los que tiran piedras a su dolor;
¡pobre reina!, ¡pobre alma!,
¡pobre mariposita!,
envuelta estás
en torbellinos engañosos
y en los tormentos
de tu maltratado corazón.
(victolman)
Chorrillos-Lima-Perú.