oscar perdomo marin

Sordo silencio

Oscar Perdomo Marín

SORDO SILENCIO

Hay un dolor que es lágrima y no duele,
una terrible sed, un profundo vacío,
una música sorda y una lágrima seca.

Se están poniendo oscuros los azules inciertos
y una pregunta vana se me sale del alma:
¿Quién soy? ¿Quo vadis, prepotente materia?
Hay un silencio largo
y sangran las heridas invisibles
y yo, pobre criatura
me pierdo en las quimeras de mi ego.

¡De todas las galaxias convocan los tambores a silencio!


Orando los orishas invocan a la danza
y ansiosas se desbocan las ansias de la noche
entre cortadas brumas y sombras y rumores
de solitarias lunas entre mundos inciertos.

Yo me apruebo a mi mismo
y siento que soy el universo,
pequeño como un grano de polvo
entre cóncavas fauces de saurios inconclusos,
de leños apagados, ardiendo en los vacíos.

Yo me niego sin fuerza,
a caminar en desoladas horas;
en segundos de otoño, entre inviernos
y versos de caracolas muertas.

En el polvo de arena
entre abismos y abisales alturas,
en las profundidades de amores olvidados
de ancianos renacidos en estepas de tedio,
¡Allí, donde bosteza la vida que no ha sido!
Me convoco a mi mismo.

¡Que salgan los angélicos demonios que me acosan!
¡Que los ángeles bailen
y el absurdo me sea la palidez de ocasos taciturnos
entre mares de espuma
y desoladas caracolas de ausencia!.

¡Mas ay, pobre de mi!
He perdido mi sombra en los espacios
y retorno del sueño, me despierto

¡Hay un dolor que es lágrima!
¡Hay un sordo silencio en mis heridas!

Derechos reservados.
Abril 2019