Tal vez nunca sea posible para una mortal
cerrar las puertas del destino que se impone.
La realidad es que hay sonrisas en el envés
de la liturgia, del culto, hacia uno mismo.
-¿qué ando haciendo yo con tanto lirismo?
-me pregunto.
Salir huyendo de tan bárbaro, vil cinismo
Y que el desafío silencioso me perdone
por haber nacido en un mundo de espejismos.
Antonia Ceada Acevedo ©