Vas a perder más de un partido en tu vida, algún penal tendrás que errar y siempre habrá alguien que te joda por eso. Hoy puede que seas local, pero mañana tendrás que visitar al rival, y en contra de todo un estadio, de todo país o de un mundo entero, vos tendrás que jugar, gambetear con la misma sonrisa, correr en cada jugada, poner huevo, huevo corazón y aunque se sienta la presión, mirar al cielo y al balón, que es el mayor regalo de Dios, el número 12 de los apóstoles, apóstoles del más grande Cristo de todos tiempos.
Vas tocar la gloria de vez en cuando, habrá trofeos que te llenen el alma, abrazos que te regalen tanta calma, como para picarla al último minuto sin ningún arrepentimiento. Esto no es fútbol, esto es un jodido sentimiento, que te enseña que siempre se pueden remontar los partidos, que no hay rival más fuerte que uno mismo, que hay que escuchar al DT en todo momento, que bien sea como jugador o como hincha nunca hay que renunciar, que de nombre se puede cambiar, pero no se puede cambiar de pasión, esto no es fútbol mi señor, pues él me me ha mostrado como se siente ganar y como se pierde con honor. No somos 11, somos más de un billón, cantando la misma canción, en esta gran cancha llamada vida, para entrar no hay invitación, todos podemos alentar, caer y levantar a quien juegue con amor, hasta después del minuto 90.
Esto no es fútbol señor, aquí no tenemos camisas diferentes, no somos ni derecha, ni izquierda, aquí solamente sabemos que somos compañeros, en este jodido equipo llamado humanidad, que vamos perdiendo porque en los primeros minutos de juego nos negamos el balón, nos hicimos más de un autogol, nos revelamos contra el director, nos señalamos diciendo que habían titulares y suplentes, nos cansamos de echarle las culpas al arbitro y por todo lo anterior, no hemos jugado tan bien, pero aquí seguimos de pie, porque esto no es fútbol señor, y ni los expulsados abandonan.