Melissa Ospina

•Con cada parte de mí...

Me encerré aquella noche y no quise hablar de ti, ni conmigo ni con nadie, no había necesidad de hablar porque te estaba sintiendo,

te sentía en mis náuseas y en el delirio de que estaba a punto de desmayar, te sentí en mis piernas temblantes y en mi voz quebrada, en el corazón a mil y en las mil lágrimas que me brotaban,

no había necesidad de hablar  de ti, mi cuerpo ya lo estaba haciendo, me dormí aquella noche con la esperanza de que estos síntomas desaparecieran,

y así fue, desperté y no había nada, ni lágrimas, ni sensación de mareo, ni corazón palpitante, mi cuerpo estaba tan liviano que ni lo sentía, al igual que a mí, es como si no estuviera,

tenía la mirada perdida y la sensación de que estaba soñando, de que no me pertenecía y de que la vida ya no tenía nada más para ofrecerme, estaba allí tumbada con la sensación del duelo, del maldito duelo que vacía el alma.