Anoche te soñé como un grato sueño de amor,
soñé que de tus verdes luceros me prendaba,
soñé que tus encarnados corales besaba
y soñé que nos fundíamos en mutuo ardor.
Anoche sentí en mi pecho un terrible temor
cuando te busqué en la negra noche y no te hallaba,
cuando la soledad del lecho mi sangre helaba
y mi cuerpo se empapaba de un frío sudor.
Cuando mi alcoba iluminó la suave alborada
y mis ojos observaron que no te hallabas tú,
mi corazón quedó totalmente consternado.
En ese momento no me hubiera importado
haber llegado a una alianza con Belcebú
para ser yo el soñado y no tú, dulce amada.
Suspiros y sueños de amor