Al pie del infinito
Al pie del infinito, donde queda el mar azul
donde apacibles aguas se tragan el silencio
gravita armonioso entre estrellas silenciosas
el templo de una joven donde ya no existe el tiempo
Escritora gallarda que esgrimió con tinta noble
su firme estocada venció al demonio aciago
libertando los abriles que perdidos en crisoles
las normas del machismo mantenían encadenados
Le escribió a la vida, al amor y a la tierra
de azules alboradas y senderos de luz
nos narró de sus barcos, de gaviotas y la sierra
y de las inquietudes de su eterna juventud
Las obras de sus rimas aderezan aquél templo
que está en el infinito, al pie del mar añil
nos pintan el otoño y quitan el invierno
y siempre nos recuerdan de algún crisol de abril
Julia de Burgos, la dama, la niña
la que sembró las rosas por un sendero estrecho
aunque ausente esté la espada, presente está su viña
excelso amor sublime que late en nuestro pecho
José Luis Silva-Díaz