Ya a mi ser se le ha hecho cotidiano recordar, mi alma solo se consuela de los exquisitos majares que están en mi mente, son esos de los que me nutro cada día, los que me salvan de las garras de la amargura, de la furia del realismo, del perturbador presente.
Hoy llueve, mientras mi espíritu navega sobres esas gotas resonantes e alejan de aquí, de este inútil mueble que solo me amarra y esclaviza al imperio de esta noche, y de las del resto de mis días…
Hoy llueve, y mi alma se consuela, hoy llueve, y mi alma llora…. Truenos y relámpagos me ordenan que despierte, que sufra, pero no soporto, a veces quisiera dormir y no recordar, vivir de soñar, ¡pero No!, ¡Aún No!, el necio sigue ahí, latiendo sin parar, no se cansa ¡Que masoquista!...
Sino puedo hacer nada, seguiré navegando entre gotas de lluvia, pescando nuevos recuerdos, pero dándome cuenta que no son realidad.
Seguiré, aquí, entre cuatro paredes contenedoras de preciosos recuerdos, de amargos momentos, pero sobre todo paredes encerradoras del desahogo de mi alma…
Hoy llueve mientras yo me ahogo en tu recuerdo…