Espontaneos, los versos amarran las palabras. Mientras un aire artificial resbala por mi lado.
Hace ya unos dias, que el sueño no se para demasiado. Como mucho se queda cuatro o cinco horas y se va sacándome la lengua.
Como si el cuerpo, se negara a continuar, aguantando el sufrimiento. No sueña el cerebro, sabe perfectamente, quien ganará la jugada.Dejare de comerme el coco.Total así no resolveré nada, tampoco y tanmucho, tannada.