Eres el manantial de mi existir
que con el caudal de tu agua fresca
irrigas toda el alma mía
y con el arado de tus besos,
labras la tierra de mi cuerpo
y lo abonas con caricias y ternura.
Es que tu has fertilizado,
los surcos de mis sentimientos,
haciendo en mi brotar
flores de hermosas ilusiones
con aroma de sutil fragancia
que hacen latir mi corazón
y agitar sus fibras mas profundas.
Porque tú, eres el labriego
que has cultivado mi ser
y te has convertido en
el sol de mis deseos,
haciendo que la lluvia
del susurro de tu voz
rocíe toda la tierra de mi cuerpo,
haciendo germinar en mí,
la mágica semilla del amor
que ha penetrado en mi sentir
y hemos podido cosechar,
el venturoso y dulce fruto
de entregarnos sin reservas
sin importarnos el tiempo
que nos podamos amar.