Llena tu seca pluma viejo poeta,
con la sangre que aún te queda.
Vacíate del ingrato dolor por ella,
torna carmesí la letra de tu poema.
Dolorosa salmuera es vertida
en la herida por propio castigo,
donde la poesía es la puerta
para tenerla aquí contigo.
Esclavo de tus sentimientos,
tu corazón en cada latido,
de tanto amarla y recordarla,
es por negra tinta teñido.
Poco queda de aquel sentir
por el cual tanto has sufrido,
escribe, escribe y escribe,
hasta que este dolor se haya ido.