Tenia muslos
Largas y finas
Tenia cabellos rubios
Y cuando se movía la cabeza
Estrellas por centenas
Iban a aplastarse sobre los muros del cuarto
La arana arriba nos miraban
Y tranquilamente tejía su tela
La mujer me decía
Ven
Ven
Mas profundo !
Yo estaba listo
En un salto liquido
A tocar el cielo
La mujer continuaba a gritar
Sus muslos abiertas
Estaba verdadera
Pero menos verdadera
Que sus estrellas
Encarceladas en la tela
De la arana
Que esperaba.