Ben-.

Condenado-.

Condenado, más por

placer, que por inacción,

a contemplar, el mismo paisaje,

una y otra vez, haces recuento

exacto de tus horas, aquellas que,

con traje de niño se detuvieron,

también para no aburrirte en tu destierro

y ser celoso de ti y de lo tuyo.

Pertenecido ya a otros momentos,

a otros instantes, de tu vida, recreas

el pasadizo eterno de tus vivencias,

de uno u otro modo: arrancando horas

al sueño mientras modificas ingenuamente

su desarrollo.

Como un insecto sin alas, inepto,

crucificarías a la galaxia entera, antes

que echarte a cuestas la pesada cruz

del desengaño y, optas, bien por mentalidad

obtusa, bien por rigurosa rebeldía,

por apartarte del camino común de los mortales;

esos que aún, celebran la luz

y la existencia de los árboles-.

 

 

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