No me importa si no logras ver bien,
si puedes mirarme en lo obscuro y en silencio.
No me importa si eres o no sabia,
si tu alma quiere crecer.
No me importa tu nombre ni tu apodo,
si sabes venir a mi llamado.
No me importa si no sabes escribir o ni siquiera sabes sumar,
siempre y cuando puedas mi rostro leer con tus manos.
No me importa si tu piel es tersa y suave,
si ellas pude vibrar con mi música.
No me importa si no oyes bien,
Siempre y cuando logras escuchar mi llanto.
No me importa el color, forma o tamaño de tus ojos,
si puedo refugiarme en tu mirada.
No me importa si tropiezas al correr o al caminar
pero intentas sustentarte en algo más que tus pies.
No me importa si tu cuerpo es flaco, graso o perfecto,
si tus músculos alegran los míos y viceversa.
No me importa casi nada de ti
Si tienes la imprescindible facultad de acariciar al niño...
Al niño que vive en mí...