Tres mariposas
he visto en la mañana;
me saludaron.
Volaban cerca
de matas y praderas,
en este otoño.
Quizás querían
decir adiós al mes
que ya termina.
Y es que septiembre
se fue sin despedirse,
en una tarde.
Yo recibí
su adiós, emocionado,
y nada dije.
Pero en la tarde,
buscando las montañas,
marchaba el sol.
Y con sus rayos
volaron los recuerdos,
de mariposas.
Atrás quedaron
mil hilos y suspiros
de primavera.
¡Bella inocencia,
plagada de ternura
para las almas!
Rafael Sánchez Ortega ©
30/09/19