En el susurro de la tarde enmudece mi voz.
La fresca brisa marinera envuélveme en su manto.
Besan mis pies desnudos, una y otra vez, las inquietas olas.
La bruma deja un halo de misterio que se disipa lento.
Cantos incesantes de gaviotas acompañan mi sentir intenso.
Respiro profundo aquel aire puro que me llena de vida.
Mientras calan las tinieblas las estrellas se asoman tímidas al horizonte.
Un velero solitario navega a lo lejos, déjase llevar por el viento impetuoso.
Solo ante tanta belleza; una pequeña partícula del complejo universo.
Intenso silencio dentro que se desborda en un sentido llanto.
Lágrimas que purifican el alma y elevan los sentidos.
Contemplar, callar y en sentida soledad desahogar el ser.
Despacio se hace presente la luna, mi amada confidente.
Tenues reflejos rojizos han despedido el día, dándole la bienvenida a la elegante noche.
Sentir solo sentir….abandonarme al sagrado momento.